Los problemas digestivos se encuentran entre las enfermedades más
frecuentes que afectan a los estadounidenses en la actualidad. Hay
muchos tipos de problemas digestivos diferentes que abarcan desde
infecciones gastrointestinales, que dejan abatida a una persona pero
pasan rápidamente, hasta enfermedades a largo plazo, por ejemplo, la
enfermedad inflamatoria del intestino (IBD, por sus siglas en inglés).
El término enfermedad inflamatoria del intestino es una denominación
general para aquellas enfermedades que causan la inflamación crónica de
los intestinos.
Si tienes diarrea, calambres estomacales y otros síntomas que te
generan dudas sobre tu digestión, es probable que quieras obtener más
información respecto del aparato digestivo y la IBD, y acerca de otras
enfermedades digestivas.
¿Qué es la IBD?
El aparato digestivo es el conjunto de órganos encargados de digerir
los alimentos y absorber los nutrientes importantes que el cuerpo
necesita para mantenerse sano y desarrollarse. Dos de las partes más
importantes del aparato digestivo son el intestino delgado y el grueso.
Al igual que otros órganos del cuerpo, los intestinos pueden desarrollar
problemas o enfermedades.
La IBD (que no es lo mismo que el síndrome del intestino irritable o
IBS [por sus siglas en inglés]) puede causar problemas más graves que
solamente diarrea y dolor. También puede retardar la pubertad o provocar
problemas de desarrollo en algunos adolescentes que la padecen, porque
puede dificultarle a una persona la asimilacion de nutrientes de los
alimentos que ingiere.
Los dos tipos principales de IBD son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
La enfermedad de Crohn se produce cuando el
revestimiento y la pared intestinal se inflama y se ulcera. Aunque la
enfermedad de Crohn puede manifestarse en cualquier parte del aparato
digestivo, suele ocurrir en la parte inferior del intestino delgado
donde este se une con el colon.
El intestino se inflama, lo que implica que el revestimiento de la
pared intestinal se enrojece y se hincha. Este se puede irritar, lo que
hace que sangre y no pueda absorber correctamente los nutrientes de los
alimentos digeridos.
Las personas con enfermedad de Crohn suelen tener estos síntomas:
- calambres o dolores abdominales
- cólicos, a veces con sangre en las heces (defecaciones)
- fiebre
- pérdida de peso
Estos síntomas a menudo hacen que las personas con enfermedad de Crohn se sientan cansadas y pierdan el apetito.
Algunas personas con enfermedad de Crohn tienen síntomas leves y muy
poco malestar o dolor. Sus síntomas pueden tan sólo recrudecer unas
pocas veces. Sin embargo, otras personas pueden tener diarrea frecuente,
úlceras intestinales y problemas en otras partes del cuerpo, como
inflamación de las articulaciones, erupciones en la piel y problemas en
los ojos.
La enfermedad de Crohn puede causar obstrucciones intestinales, que
se deben a la hinchazón y al tejido cicatricial. Las personas con la
enfermedad también pueden ser más propensas a infecciones y a
desarrollar abscesos en los intestinos y alrededor de estos.
En la colitis ulcerosa, el intestino grueso se
inflama y puede ulcerarse. La colitis ulcerosa afecta sólo al intestino
grueso. La inflamación comienza en el recto (los últimos centímetros del
intestino grueso donde se almacenan las heces antes de salir del
cuerpo) y puede afectar sólo al recto o a la porción del intestino
grueso que se une a él. Sin embargo, la mayoría de los niños y
adolescentes con colitis ulcerosa tienen la enfermedad en todo el
intestino grueso.
Los síntomas más frecuentes de colitis ulcerosa son el dolor
abdominal y la diarrea con sangre. Sin embargo, algunas personas también
tienen estos síntomas:
- cansancio
- pérdida de peso
- pérdida del apetito
- náuseas
Algunas personas con colitis ulcerosa pueden no presentar síntomas
durante ciertos períodos de tiempo (esto recibe el nombre de remisión) y
sentirse enfermos en otros momentos (lo que se conoce como
reincidencia).
Al igual que la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa se puede
asociar con problemas en otras partes del cuerpo, que pueden incluir
inflamación de las articulaciones, problemas en los ojos y anemia debido
a la pérdida de sangre. ¿Quiénes desarrollan IBD?
Lo más probable es que la IBD aparezca en aquellos que están en los
últimos años de la adolescencia y en los veinteañeros. Sin embargo, han
habido casos de niños de apenas 5 años que desarrollaron esta
enfermedad, que afecta tanto a varones como a niñas.
Se desconoce la causa exacta de la IBD. Dado que la enfermedad suele
ser frecuente en miembros de una familia, es probable que intervengan
algunos factores genéticos. Aproximadamente del 15% al 30% de las
personas con IBD tienen un familiar que la padece. Se están realizando
investigaciones para determinar si un gen específico (o un grupo de
genes) hace que una persona sea más propensa a tener la enfermedad.
¿Qué deben hacer los médicos?
Si tienes alguno de los síntomas de IBD, es importante que consultes
al médico. Además de realizarte un examen físico, el médico te
preguntará acerca de tus inquietudes y síntomas, tu salud en el pasado,
la salud de tu familia, los medicamentos que estás tomando, las alergias
que puedas tener y otros temas. Esto recibe el nombre de historia
clínica.
Después de escuchar cuáles son tus síntomas, es posible que el médico
te sugiera la realización de ciertas pruebas si sospecha que tienes
IBD. Pueden hacerte análisis de sangre para buscar signos de inflamación
en tu cuerpo, que son frecuentes con esta enfermedad. El médico también
puede comprobar la presencia de anemia y buscar otras causas para tus
síntomas, por ejemplo, infecciones.
El médico examinará tus heces en busca de sangre, y es posible que revise tu colon con un instrumento llamado endoscopio, un tubo largo y fino conectado a un monitor de televisión. En este procedimiento, conocido como colonoscopía, se introduce el tubo por el ano para que el médico pueda ver si hay inflamación, sangrado o úlceras en la pared del colon.
El médico también puede realizar un estudio llamado endoscopía superior
para examinar el esófago, el estómago y la parte superior del intestino
delgado en busca de inflamación, sangrado o úlceras. Durante estos
exámenes, es posible que el médico realice una biopsia,
un estudio para el cual se toma una pequeña muestra de tejido del colon
para observarla con un microscopio o enviarla a un laboratorio para
otro tipo de análisis.
El médico también puede indicar la realización de un estudio con administración de bario de los intestinos. Para este procedimiento, hay que beber una solución blanca espesa llamada bario,
que aparece de color blanco en una placa radiográfica, y le permite al
médico una mejor observación de lo que sucede en los intestinos.
En lugar del estudio con administración de bario, se puede indicar un
examen de imágenes por resonancia magnética (IRM) para buscar
anormalidades en la porción de los intestinos donde los endoscopios no
pueden llegar. ¿Cómo se trata la IBD?
Algunas formas de controlar los síntomas de IBD incluyen:
Terapia nutricional
Es importante que las personas con IBD ingieran alimentos saludables y
beban gran cantidad de líquidos para reemplazar los que se pierden con
la diarrea. Estas personas deben trabajar junto con un médico o un
especialista en nutrición para desarrollar el plan alimentario más
adecuado para su situación personal y sus síntomas.
Por ejemplo, a algunas personas se les indica recortar la cantidad de
fibras o productos lácteos de sus dietas, mientras que otras descubren
que sus síntomas mejoran si reducen la cantidad de alimentos con alto
contenido de grasa o azúcar. Si te han diagnosticado IBD, el médico
puede pedirte que lleves un diario de alimentación, para que puedas
descubrir cuáles son los alimentos que agravan tus síntomas.
Si tienes problemas para mantener el peso o subir de peso, el médico
puede recomendarte que tomes suplementos nutricionales, o bien bebidas o
batidos especiales que contienen las vitaminas, los minerales y las
calorías necesarios.
A algunas personas se les receta una fórmula elemental y no se les
permite ingerir comidas comunes. Se ha descubierto que las personas con
enfermedad de Crohn leve responden a este tipo de tratamiento, ya que
este elimina algunas proteínas de la dieta que podrían causar
inflamación intestinal.
Más horas de sueño y menos estrés
Además de tener cuidado con el tipo de alimentos que comen, las
personas con IBD deben dormir lo suficiente. También es beneficioso
controlar el estrés de un modo positivo. Cuando te estresas, tus
problemas intestinales pueden recrudecer. Algunas personas descubren que
aprender a realizar ejercicios de respiración y relajación puede ser de
ayuda.
Medicamentos
También se usan medicamentos para tratar la IBD. Los
antiinflamatorios, incluidos los corticoesteroides, se pueden usar para
reducir la inflamación causada por la IBD. Si los síntomas no
desaparecen después de tomar antiinflamatorios, el médico puede
recetarte otros medicamentos llamados inmunodepresores o inmunomoduladores para disminuir la inflamación.
Los médicos pueden indicar antibióticos para evitar o tratar las
infecciones bacterianas asociadas con la enfermedad de Crohn, y es
posible que a las personas que tienen mucha diarrea les receten
medicamentos antidiarreicos.
Cirugía
En ocasiones es necesaria una cirugía para controlar los síntomas de
IBD y extirpar secciones dañadas de los intestinos. Para las personas
con enfermedad de Crohn, es posible que sea necesaria más de una
cirugía, porque la enfermedad puede afectar otras partes del intestino
con el paso del tiempo.
La extirpación del intestino grueso puede curar los problemas
intestinales en las personas con colitis ulcerosa. Sin embargo, por lo
general, esta cirugía sólo se realiza si los medicamentos no han sido
eficaces o si la persona tiene una perforación (un hoyo en el
intestino), sangra de un modo que no se puede controlar o ha
desarrollado cáncer de intestino.
Aunque lidiar con los síntomas de IBD puede suponer un desafío y ser
difícil, muchas personas que tienen la enfermedad descubren que pueden
sentirse bien y tener pocos síntomas durante períodos de tiempo
prolongados. Habla con el médico acerca de cómo puedes sentirte mejor
cuando la enfermedad recrudece. Si estás triste o ansioso por tus
síntomas, también puede ser de ayuda hablar con un terapeuta u otro
profesional de la salud mental.
Si no recibes tratamiento médico, la IBD puede entorpecer seriamente
tu vida cotidiana. Hay buenas noticias. Recibir tratamiento para la IBD,
controlar los síntomas y mantener una actitud positiva puede ayudarte a
retomar el camino.
Revisado por: J. Fernando del Rosario, MD
Fecha de la revisión: mayo de 2010
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