Un inmunosupresor es una sustancia química que produce la inmunosupresión del sistema inmunitario. Puede ser exógeno como los fármacos inmunosupresores o endógeno como el cortisol.1
Clínicamente se utilizan para:
Estos medicamentos
no están exentos de efectos secundarios y riesgos. Debido a que la
mayoría de ellos no actúa de modo selectivo, el sistema inmune pierde la
capacidad de resistir a infecciones y a la expansión de células cancerosas. Se pueden producir efectos secundarios como hipertensión, hiperglucemia, daños al hígado o al riñón, etc. Por otro lado, los inmunosupresores interactúan con otros medicamentos y pueden afectar a su comportamiento.
De forma general, dado que la respuesta inmune se produce debido a la presencia de una molécula extraña, que normalmente es presentada en la superficie de una célula presentadora de antígenos,
y consiste en la activación de los diferentes componentes del sistema
inmunitario, para bloquear dicha respuesta se puede actuar a dos
niveles:
- sobre la célula presentadora del antígeno, para evitar que realice su función;
- sobre las células responsables de la acción de ataque: los linfocitos, impidiendo su activación o proliferación; la mayor parte de los inmunosupresores actúan a este nivel.
Inmunosupresores: Existe una menor cantidad de
información sobre la función de los inmunosupresores en la colitis
ulcerosa que en la enfermedad de Crohn. Debido a que existe un riesgo
más pronunciado de efectos secundarios graves, los inmunomoduladores
están considerados fármacos de tercera línea.
Los inmunosupresores como la azatioprina y la 6-mercaptopurina
disminuyen la intensidad de la respuesta inmunológica que causa la colitis ulcerosa.
Se utilizan para tratar formas moderadas o intensas de la enfermedad y
pueden contribuir a reducir la necesidad de corticosteroides. Los
inmunosupresores tardan entre dos y tres meses en inducir el control de
los síntomas y se utilizan como tratamiento de mantenimiento.
DESCRIPCION
DE LOS FÁRMACOS INMUNOSUPRESORES
Los
fármacos inmunosupresores se pueden clasificar de varias maneras:
De
acuerdo con su mecanismo de acción, los inmunosupresores se clasifican
como (*)
:
- Fármacos
que inhiben la activación de las células T, evitando
que estas ataquen al órgano trasplantado o generador de estímulos
antigénicos: ciclosporina, tacrolimus, sirolimus
- Fármacos
que inhiben la síntesis de DNA y RNA, y por lo tanto, la
división celular (azatioprina, micofenolato, ciclofosfamida,
metotrexato, penicilamina, etc)
- Corticosteroides
que suprimen la inflamación asociada a la reacción
inmunológica (*)
- Anticuerpos
monoclonales que bloquean algunos factores implicados en el mecanismo
de la reacción inmunológica como las interleukinas
o el factor de necrosis tumoral. Algunos de estos son el basiliximab,
el muromonab CD3, el daclizumab, adalimumab, infliximab, etc.
- Otros
productos producidos por recombinación genética que
bloquean algunos de los mecanismos implicados en la reacción
inmunológica (etanercept, alefacept)
- Fármacos
que actúan sobre el factor estimulante de colonias (filgastrim,
pegfilgastrim, molgramostin, lenogastrim, etc)
Después
de un trasplante, muchos pacientes son tratados con una combinación
de fármacos, por ejemplo, ciclosporina, azatioprina y prednisolona.
Con el tiempo, puede eliminarse alguno de estos fármacos y medida
que disminuye el riesgo del rechazo. Sin embargo, muchos pacientes tienen
que ser medicados de por vida.
Algunos
fármacos inmunosupresores se emplean en una amplia variedad de
enfermedades autoinmunitarias. Así, por ejemplo:
- La
azatioprina se utiliza en el tratamiento de la artritis reumatoide,
en la esclerosis múltiple, la colitis ulcerosa, etc.
- La
ciclosporina se utiliza en el tratamiento de la psoriasis, la miastenia
grave,
- El
micofenolato se utiliza en combinación con la ciclosporina
en la prevención del rechazo en el trasplante de riñón,
corazón e hígado. Tambien se utiliza en el tratamiento
de los problemas renales asociados al lupus eritematoso
- El
sirolimus, se utiliza en combinación con otros fármacos
incluyendo la ciclosporina y los corticoides en la prevenvión
del rechazo en el trasplante de riñón. También
se ha utilizado en el tratamiento de la psoriasis.
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