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Lo que necesita saber de Enfermedad Inflamatoria Intestinal
La
enfermedad inflamatoria intestinal (EII) hace referencia a un grupo de
trastornos inflamatorios crónicos en que, por algún mecanismo aún
desconocido, se produce la activación del sistema inmunitario, lo que
afecta al sistema digestivo. Fundamentalmente engloba dos enfermedades:
la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Ambas se caracterizan por la aparición de una inflamación repetitiva del tubo digestivo,
principalmente del intestino delgado o del colon, lo que puede producir
diferentes signos y síntomas, como dolor abdominal, diarrea o expulsión
de sangre con las heces.
Actualmente no existe una cura
definitiva para la enfermedad, aunque sí que se dispone de diferentes
tratamientos para controlar la inflamación y los síntomas. La enfermedad
se manifiesta en forma de brotes (fase de actividad) que se alternan
con periodos de remisión (fase de inactividad).
La colitis
ulcerosa afecta, de forma difusa y continua, la mucosa y submucosa del
intestino grueso, predominantemente el colon, mientras que la enfermedad
de Crohn puede afectar a todo el grosor de la pared intestinal de
cualquier parte del tracto gastrointestinal (de la boca al ano) de forma
segmentaria, alternando zonas afectadas con zonas sanas.
En
ocasiones, cuando la zona afectada es el colon, resulta muy difícil
diferenciar ambas entidades o enfermedades, por eso se conoce como
colitis indeterminada a un cuadro de solapamiento entre ellas.
La
colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son enfermedades conocidas
desde finales del siglo XIX y principios del XX. En 1932 un médico
americano, Burrill Bernard Crohn, del Hospital Monte Sinaí de Nueva York
(EE. UU.), y dos colegas, Ginzburg y Oppenheimer, presentaron una serie
de 10 casos con los mismos síntomas: fiebre, diarrea y pérdida de peso.
Todos fueron operados y les hallaron lesiones inflamatorias en el íleon
(intestino delgado), por lo que esta enfermedad se denominó ileítis regional.
Posteriormente se hicieron nuevos descubrimientos de esta patología, se
observó que no sólo afectaba al íleon, sino que también podía
localizarse en otras zonas del tubo o tracto digestivo, básicamente en
el colon, y recibió el nombre de enfermedad de Crohn, como reconocimiento a este médico.
En
1875, dos médicos, S. Wilks y W. Moxon, describieron por primera vez la
colitis ulcerosa como una entidad distinta de la enfermedad de Crohn.
Más tarde, hacia 1909, Hawkins, otro científico, escribió un excelente
relato de la enfermedad y de su historia natural. En el mismo año Sir
Arthur Hurst, investigador, hizo la primera descripción completa de la
colitis ulcerosa.
1. Incidencia y prevalenciaLas EII afectan entre 90 y 300 personas por cada 100.000 habitantes en la población general, Casati & Toner (2000).
Se considera que en las últimas décadas la incidencia y la prevalencia de la enfermedad de Crohn ha aumentado tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. 2. Edad, raza y sexo
La enfermedad inflamatoria intestinal puede aparecer a cualquier edad,
aunque tiende a manifestarse en personas jóvenes (entre 15 y 35 años),
con un segundo pico de incidencia entre los 55 y los 65 años. Aparece
con mayor frecuencia en personas de raza blanca –parece que los judíos
son especialmente susceptibles de padecerla– y afecta por igual a
personas de uno y otro sexo.
3. Distribución geográfica
Existe una distribución diferente de la enfermedad inflamatoria
intestinal según las áreas geográficas, con una mayor incidencia en la
zona norte de Europa y de Estados Unidos, así como en las zonas
industrializadas respecto a las rurales. En Europa la incidencia en
Escandinavia y en el Reino Unido es mayor que en Alemania, y claramente
más alta que en los países de la zona mediterránea, como Francia,
España, Italia o Grecia, aunque la incidencia en España ha aumentado en
los últimos 40 años. Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde la
incidencia es mayor en estados del norte como Wisconsin y Washington que
en estados del sur como Nuevo Méjico, Arizona y Tejas. Las zonas de
baja incidencia son Asia, Centroamérica y Sudamérica.
La
enfermedad inflamatoria intestinal es una enfermedad de causa
desconocida.. No es una enfermedad infecciosa ni tampoco hereditaria. Se
cree que algún agente inicial desconocido (microbios, virus,
componentes de la dieta, tabaco, medicamentos antiinflamatorios
esteroideos, etc.) pone en marcha en el intestino una serie de cambios
inflamatorios que son anormalmente intensos y que pueden aparecer en
persones con una predisposición genética. Sin embargo, a lo largo de la
historia se han hecho diferentes estudios para intentar descubrir los
distintos factores que pueden desencadenar los brotes de la enfermedad.
Entre ellos cabe destacar factores ambientales, genéticos e
inmunológicos.
1. Factores ambientales, 2. Factores genéticos, 3. Factores inmunológicos. 1. Factores ambientales
El hecho de que la enfermedad inflamatoria intestinal se dé con mayor
frecuencia en determinadas zonas geográficas (como en occidente y en
países en vías de desarrollo que adoptan estilos de vida propios de
zonas desarrolladas) pone de manifiesto la relevancia del medio ambiente
en la patogenia de estas enfermedades. Entre ellos destaca la dieta, el
tabaco y el estrés. La dieta
La
exposición constante del tracto gastrointestinal a los productos
ingeridos ha determinado que la dieta fuese un factor importante de
investigación. A pesar de que no se dispone de conclusiones claras, se
han hecho diferentes estudios que indican que el consumo de azúcares
refinados podría tener relación con la EII.
El tabaco
Se
han hecho varios estudios que sugieren que el tabaquismo constituye un
factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Crohn y un
factor protector ante la aparición de la colitis ulcerosa.
Colitis ulcerosa. Parece que los fumadores
tienen un riesgo menor de desarrollarla, mientras que quienes no han
fumado nunca y, sobre todo, los que han dejado de fumar podrían tener
una mayor incidencia de la enfermedad.
Enfermedad de Crohn. Fumar parece que
está relacionado con un mayor riesgo de padecer la enfermedad y que
además se asocia a una mayor gravedad del curso clínico (aumento del
número de brotes y de hospitalizaciones, más riesgo de desarrollar
complicaciones, así como más riesgo de recurrencia posquirúrgica) y a
una peor respuesta al tratamiento farmacológico. Según un metaanálisis
publicado el 2006, el tabaquismo es
un factor medioambiental de notable relevancia en la patogenia de la
EII, así como en el efecto diferencial entre la enfermedad de Crohn y la
colitis ulcerosa.
Fármacos
Todavía continúa el debate sobre la influencia de los antiinflamatorios no esteroideos
(AINE), tanto en el debut de la enfermedad como en su evolución.
Tampoco se ha podido demostrar que los anticonceptivos orales aumenten
el riesgo de desarrollar la EII.
Según
los diferentes estudios realizados, parece que el estrés o malestar
emocional puede influir en el desarrollo de la enfermedad inflamatoria
intestinal (EII) y aumentar el riesgo de aparición de nuevos brotes, así
como la gravedad de los mismos. Aunque se ha encontrado una alta comorbilidad entre
las alteraciones del estado de ánimo y la EII, no queda claro en la
literatura si los trastornos psicopatológicos (depresión, ansiedad…) son
previos al desarrollo de la enfermedad o son una consecuencia de ésta.
Es importante indicar que las personas con EII tienden a considerar el
estrés como una causa, y no sólo un desencadenante, de los brotes de su
enfermedad. Esta percepción acerca de la causa de la enfermedad es muy
importante para tratarla y afrontarla, motivo por el cual es esencial
que las personas con EII comprendan qué es el estrés y cómo pueden
manejarlo para mejorar su calidad de vida.
2. Factores genéticos
La enfermedad inflamatoria intestinal no es una enfermedad hereditaria
aunque sí parece haber una predisposición genética, es decir, familiares
directos de una persona afectada tienen una mayor predisposición a
padecerla que el resto de la población. Aproximadamente un 10 % de les
personas con EII presenta antecedentes familiares, y en caso de
enfermedad de un familiar de primer grado existe un riesgo estimado de
desarrollo de EII del 2 % al 10 %. 3. Factores inmunológicosEn
el tracto gastrointestinal existe un sistema defensivo inmunológico
constituido fundamentalmente por glóbulos blancos o leucocitos.
Por algún mecanismo todavía no bien conocido, en la enfermedad inflamatoria intestinal se produce la activación del sistema inmunológico
y se desencadena una respuesta contra el propio tejido intestinal, lo
que da lugar a una reacción inflamatoria que puede afectar sólo la
mucosa en el caso de la colitis ulcerosa, o bien toda la pared
intestinal (afectación transmural) en el caso de la enfermedad de Crohn.
Otros factores que pueden influir, desencadenar o agravar los brotes de la enfermedad son la toma de algunos fármacos, como antibióticos o antiinflamatorios no esteroides (AINE), las infecciones intestinales, los cambios de estación o la menstruación.
Tanto
la colitis ulcerosa como la enfermedad de Crohn tienen unas
características clínicas (signos y síntomas), endoscópicas y
histológicas (afectación de las mucosas y los tejidos) específicas que
permiten su diferenciación en la mayoría de los casos.
1. Colitis ulcerosa
Es una enfermedad inflamatoria intestinal que afecta la mucosa y
submucosa del intestino grueso, predominantemente el colon, de forma
difusa y continua, y no afecta otros tramos del tubo o tracto digestivo.
Por lo general se inicia en el recto y el colon
sigmoide (la última porción del intestino grueso), y si se extiende
siempre lo hace en sentido ascendente. Según las zonas afectadas se
puede hablar de:
Proctitis: Cuando la enfermedad afecta el recto.
Proctosigmoiditis: Es la inflamación que afecta hasta unos 25-30 centímetros del margen anal (recto y sigma).
Colitis izquierda: Afecta el recto, el sigma y el colon descendente.
Pancolitis: Es la colitis que afecta la totalidad del colon.
2. La enfermedad de CrohnEs
una enfermedad inflamatoria intestinal que puede afectar todo el grosor
de la pared intestinal, lo que se denomina afectación transmural, con
la formación de granulomas y que puede aparecer de manera simultánea en
varios segmentos del tubo o tracto digestivo (de
la mucosa bucal hasta el ano). El íleon terminal (la última porción del
intestino delgado) es el lugar más frecuente de afectación –hasta un 40
% - 50 % del total de personas con enfermedad de Crohn–, seguido por el
colon.
Es
importante hacer una diferenciación clínica entre la colitis ulcerosa y
la enfermedad de Crohn, ya que la evidencia demuestra que la evolución
de la enfermedad, el pronóstico, la respuesta al tratamiento médico y la
necesidad de tratamiento quirúrgico difieren de forma significativa en
las dos enfermedades.