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Inicio » 2012 » Mayo » 25 » La deficiencia de vitamina D es frecuente en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal
5:02 PM
La deficiencia de vitamina D es frecuente en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal

La vitamina D, calciferol o antirraquítica es un heterolípido insaponificable del grupo de los esteroides. Se le llama también vitamina antirraquítica ya que su déficit provoca raquitismo. Es una provitamina soluble en grasas y se puede obtener de dos maneras:

  • Mediante la ingestión de alimentos que contengan esta vitamina, por ejemplo: la leche y el huevo.
  • Por la transformación del colesterol o del ergosterol (propio de los vegetales) por la exposición a los rayos solares UV.

Se estima que 1000 IU diarias es la cantidad de vitamina D suficiente para un individuo sano adulto ya sea hombre o mujer.1

La vitamina D es la encargada de regular el paso de calcio (Ca2+) a los huesos. Por ello si la vitamina D falta, este paso no se produce y los huesos empiezan a debilitarse y a curvarse produciéndose malformaciones irreversibles: el raquitismo. Esta enfermedad afecta especialmente a los niños.2

La Vitamina D representa un papel importante en el mantenimiento de órganos y sistemas a través de múltiples funciones, tales como: la regulación de los niveles de calcio y fósforo en sangre, promoviendo la absorción intestinal de los mismos a partir de los alimentos y la reabsorción de calcio a nivel renal. Con esto contribuye a la formación y mineralización ósea, siendo esencial para el desarrollo del esqueleto. Sin embargo, en dosis muy altas, puede conducir a la resorción ósea.3

También inhibe las secreciones de la hormona paratiroidea (PTH) desde la glándula paratiroides y afecta el sistema inmune por su rol inmunosupresor, promoción de fagocitosis y actividad antitumoral.

La deficiencia de Vitamina D puede resultar del consumo de una dieta no equilibrada, aunada a una inadecuada exposición solar; también puede ocurrir por desórdenes que limiten su absorción, o condiciones que limiten la conversión de Vitamina D en metabolitos activos, tales como alteraciones en hígado o riñón, o raramente por algunos desordenes hereditarios.3

La deficiencia de la vitamina D ocasiona disminución de la mineralización ósea, conduciendo a enfermedades blandas en los huesos, tales como raquitismo en niños y osteomalacia en adultos, incluso se asocia con la aparición de osteoporosis. Por otra parte, algunas investigaciones indican que la deficiencia de Vitamina D está vinculada a la merma de la función cognitiva4 y al cáncer de colon.

La deficiencia de vitamina D causa también en adultos:

  • Osteoporosis: caracterizada por fragilidad de los huesos.
  • Osteomalacia: una enfermedad que debilita los huesos en adultos y que es similar al raquitismo.
  • Hipocalcemia: caracterizada por bajas concentraciones de calcio en la sangre.

Y la malnutrición de vitamina D también puede estar ligada a enfermedades crónicas como el cáncer (pecho, ovario, colon y próstata), dolor crónico, debilidad, fatiga crónica, enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y la diabetes tipo 1, elevación de la presión arterial, enfermedades mentales (depresión, desórdenes afectivos estacionales y posiblemente con la esquizofrenia), enfermedades del corazón, artritis reumatoide, psoriasis, tuberculosis y enfermedad inflamatoria del intestino.

En los niños se manifiesta con raquitismo por medio de síntomas como crecimiento deficiente, retraso en el crecimiento de los dientes, debilidad, cráneo ablandado en los infantes y deformidades óseas irreversibles.10

¿Quién puede necesitar vitamina D extra para prevenir su deficiencia?

Las personas mayores de 50 años son las que tienen mayor riesgo de desarrollar una deficiencia a la vitamina D. La habilidad de la piel de convertir la vitamina D a su forma activa, decrece con la edad. Los riñones, que ayudan a convertir la vitamina D a su forma activa, a veces no trabajan igual de bien cuando la gente tiene más edad. Por lo tanto, algunas personas mayores pueden necesitar vitamina D en suplementos.

Grupos en riesgo de deficiencia

Los requerimientos de Vitamina D, se incrementan con la edad, mientras que la habilidad para convertir 7-dehidrocolesterol a provitamina D3 disminuye.11 Adicional a esto, la habilidad renal para convertir calcidiol en calcitriol también disminuye con la edad, lo que indica la necesidad de incrementar la suplementación en ancianos. Con base a esto, un consenso concluyó que para prevenir de forma óptima las fracturas osteoporóticas, se recomiendan concentraciones de calcidiol en sangre mayores a 30 ng/ml, lo cual es equivalente a 75 nmol/L.

La Asociación Americana de Pediatría, aconseja la suplementación con 200 UI/día de vitamina D para recién nacidos. La Sociedad Pediátrica Canadiense recomienda que mujeres embarazadas o lactantes tomen 2000 UI/día, y que todos los bebés alimentados exclusivamente con lactancia materna, sean suplementados con 400 UI/día, así mismo los bebés que vivan sobre 55 grados de latitud, deben recibir 800 UI/día, en los meses de octubre hasta abril, o de abril a septiembre en el hemisferio sur.12

Esto sucede porque las fórmulas infantiles generalmente son fortificadas con vitamina D, mientras que la leche materna no contiene niveles significativos de la misma, por ello se recomienda a los padres cuyos bebes son alimentados con fórmula, que eviten exponer de forma excesiva a la luz solar a sus bebes. Mientras que los infantes que son alimentados exclusivamente con leche materna, por lo general requieren suplementación con vitamina D más allá de la infancia temprana, especialmente en latitudes nortes.13

Sin embargo, los bebes deben ser expuestos a la luz solar por cortos periodos, 10 minutos aproximadamente al día. La vitamina D que se encuentra en los suplementos y fórmulas infantiles es menos absorbida que la producida por el cuerpo naturalmente, sin embargo esto puede conducir a un riesgo de sobredosis, lo cual no se presenta con la exposición natural a la luz solar.

Los individuos obesos pueden tener niveles disminuidos en la circulación de vitamina D, probablemente por una biodisponibilidad reducida, por lo que pueden estar en riesgo de deficiencia. En algunos pacientes a quienes se les ha extraído la glándula paratiroides o que sufren de hipoparatiroidismo, se recomienda administrar dosis terapéuticas de vitamina D (cerca de 100,000 UI o 2.5 mg/día) para mantener adecuados los niveles sanguíneos de calcio.14 Pacientes con enfermedad hepática crónica o malabsorción intestinal, también pueden requerir dosis altas de vitamina D (por encima de 40,000 UI ó 1 mg-1000 microgramos/día).

Las mujeres con historia de deficiencia de vitamina D pueden tener irregularidades en la formación de los huesos pélvicos, por lo tanto les puede ser díficil dar a luz. Se puede dar calcio y magnesio junto con vitamina D para tratar estas condiciones.15

El uso de protector solar con factor de protección (SPF) de 8, inhibe más del 95% de producción de la vitamina en la piel.16 17 Para evitar la deficiencia de vitamina D los dermatólogos recomiendan la suplementación con el uso de bloqueadores solares.

Fuentes alimentarias de Vitamina D

Los alimentos enriquecidos son la fuente dietética mayor de vitamina D. Con anterioridad a la fortificación de productos lácteos en los años 1930, el raquitismo era un problema mayor de salud pública en los EE. UU. La leche en EE.UU. está fortificada con 10 microg. (400 UI) de vitamina D por cuarto de galón (1,136 L), y el raquitismo es algo extraño en la actualidad en los EE.UU. En Argentina, los lácteos fortificados tienen entre 1 y 2 microg, y la vitámina D deber obtenerse por otras fuentes.

Una taza de leche enriquecida con vitamina D proporciona una cuarta parte de las necesidades diarias de esta vitamina para los adultos. Aunque la leche está fortificada con vitamina D, los productos lácteos como el queso, yogur y helados no están enriquecidos con vitamina D. Sólo unos pocos productos contienen de forma natural cantidades significativas de vitamina D, incluyendo los aceites de pescado,(aceite de hígado de bacalao), los pescados grasos (como el arenque, salmón, sardinas y atún), el hígado de pescado y la yema de los huevos.

Los cereales de desayuno enriquecidos (3/4 taza) contienen de 1-2,5 microgramos por ración y el jugo de soja ó vegetal, enriquecida (1 taza) contiene de 1 a 2,55

Los peces como salmón, atún, sardinas y el aceite de bacalao contienen grandes concentraciones de esta vitamina, por tanto deberían ser introducidos en la dieta.18

Los hongos o setas aportan cerca de 2700 UI por ración (aprox. 3 onzas o ½ taza) de vitamina D2, si fueron expuestos 5 minutos a rayos UVB antes de ser cosechados,19 es importante destacar que ésta es una de las pocas fuentes naturales de vitamina D para los vegetarianos.

La deficiencia de vitamina D es frecuente en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal

Autora: Michelle Rizzo
Publicado em 03/07/2008

Los hallazgos de un estudio publicado en junio en American Journal of Gastroenterology indican que la deficiencia de vitamina D en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal se correlaciona con una menor densidad mineral ósea.

El Dr. William D. Leslie y sus colaboradores de la Universidad de Manitoba de Winnipeg (Canadá), señalan que "sabemos que los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tienen una incidencia más elevada de osteoporosis y de fracturas aunque la implicación de la deficiencia de vitamina D en estos trastornos óseos es dudosa”.

Los investigadores identificaron pacientes adultos con diagnóstico reciente de enfermedad inflamatoria intestinal en el IBD Research Registry de la Universidad de Manitoba, y determinaron al inicio la densidad mineral ósea y la concentración sérica de 25-hidroxivitamina D [25(OH)D] en un subgrupo de 101 pacientes.

De los 101 pacientes, solo 22 (21,8%) tenían una concentración adecuada de 25(OH)D (75 nmol/l o más). Seis pacientes (5,9%) tenían una concentración deficiente, 38 (37,6%) insuficiente y 35 (34,7%) una concentración mínima.

Había una relación entre concentración sérica elevada de 25(OH)D y mayor densidad mineral ósea en la columna lumbar (p < 0,01), en el fémur proximal (p < 0,05), y corporal total (p < 0,05).

Por cada desviación estándar de descenso en las concentraciones séricas de 25(OH)D se observó una reducción de la densidad mineral ósea de un 3,4% en la columna, un 2,9% en el fémur proximal y un 2 % en la corporal total.

En 94 de los 101 pacientes estudiados se repitió la determinación de la densidad mineral ósea 2,3 años después, y se observó una correlación positiva entre el aumento de la densidad mineral ósea corporal total en este periodo de tiempo y la concentración sérica de 25(OH)D (p < 0,05).

Según declaraciones del Dr. Leslie a Reuters Health, "la normalización inmediata de la vitamina D ayuda a prevenir los trastornos óseos asociados a enfermedad inflamatoria intestinal”.

El siguiente objetivo de nuestro equipo es "averiguar si es la deficiencia de vitamina D o el grado de actividad de la enfermedad inflamatoria intestinal lo que conduce a la pérdida progresiva de densidad mineral ósea”.
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