Estás sentado en el almuerzo, engullendo tu pizza con albóndigas de carne e
intentas, sin éxito, intercambiar tu naranja por la manzana de tu amigo.
Cuando has terminado de comer, tomas un último trago de leche, te limpias la
boca y te diriges a tu siguiente clase. En unos cuantos minutos estarás
pensado en la competencia de tenis, tu trabajo de ciencias sobre o la
historia de Chile -¡pensarás en todo menos en qué les está sucediendo a esa
pizza y a la naranja!
Pero mientras piensas en otras cosas, tu aparato digestivo está muy ocupado
funcionando -¡y estará trabajando en ese almuerzo durante varias horas y
hasta varios días después (dependiendo de los tipos de alimentos que has
comido)!
El aparato digestivo está formado por el tracto digestivo y otros órganos
importantes. El tracto digestivo es como un túnel largo con muchas secciones
y áreas distintas (piensa en un tobogán de agua). Todas las partes del
tracto digestivo y estos órganos trabajan juntos para permitirte digerir,
que significa obtener lo que tu organismo necesita (nutrientes y energía) de
los alimentos y luego deshacerse de los desechos que quedan. Así pues,
hagamos un recorrido para ver todas sus partes -¡y para averiguar que les
sucede a esa pizza y a esa naranja!
Todo empieza en la boca
La digestión comienza aún antes de que comas, cuando hueles comida
sabrosa, la ves o piensas en ella. La saliva empieza a formarse en la boca.
Cuando comes, la saliva descompone un poco las sustancias químicas de la
comida y ayuda a ablandar los alimentos para que sea fácil tragarlos. Tu
lengua ayuda empujando los alimentos mientras masticas con las muelas.
Cuando estás listo para tragar, la lengua empuja una parte de estos
alimentos triturados, llamada bolo, hacia la parte posterior de la garganta,
en dirección a la abertura del esófago, la segunda parte del tracto
digestivo.
Camino hacia el estomago
El esófago es como un conducto elástico que mide unos 25 centímetros
de largo. Mueve la comida desde la parte posterior de la garganta hasta el
estómago. Pero también en la parte posterior de la garganta se encuentra la
tráquea, que permite que el aire entre y salga de tu cuerpo. Cuando tragas
una pequeña bola de comida triturada (o líquidos), una aleta especial
llamada epiglotis cierra la abertura de la tráquea para asegurarse de que la
comida entre en el esófago y no en la tráquea. Si alguna vez has bebido algo
muy deprisa, has empezado a toser y has oído a alguien decir que el zumo "se
te ha ido por el otro lado", la persona quiso decir que por error el líquido
había entrado a la tráquea. Esto sucede cuando la epiglotis no tienen
suficiente tiempo para cerrarse y toses involuntariamente (sin pensar en
ello) para despejar la tráquea.
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Una vez que la comida ha entrado en el esófago, no va directamente al
estómago. En cambio, los músculos de las paredes del esófago se mueven
haciendo ondas para hacer bajar lentamente el alimento por el esófago. Esto
dura 2 ó 3 segundos. Así pues, ahora que la pizza y la naranja han sido
trituradas en pequeñas bolitas, te las has tragado y han bajado por el
esófago, ¡es hora de que vean un poco más de acción -en el estómago!
Nos vemos en el estómago
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Unido al extremo del esófago está el estómago, un "saco" elástico con
la forma de la letra "j". El estómago es como una batidora, que mezcla y
tritura las pequeñas bolitas de alimento que llegan del esófago en trozos
cada vez más pequeños. Esto lo hace con la ayuda de los fuertes músculos de
las paredes del estómago y los jugos gástricos que también provienen de las
paredes del estómago. Estos jugos gástricos ayudan a fragmentar los
alimentos y a hacer una especie de mezcla líquida en el estómago. También
ayudan a destruir las bacterias que podría llevar la comida. El estómago
tarda unas 4 horas en hacer esta tarea completamente y tener la mezcla lista
para la siguiente parte del tracto digestivo.
Bueno ahora la pizza y la naranja son una mezcla líquida -¡que en nada se
parece a cuando estaban en la bandeja de la cafetería! Si eres como muchos
niños, seguramente has tenido la mala suerte de ver qué aspecto tiene esa
mezcla líquida: es de lo que está hecho el vómito. Si una persona ingiere
alimentos con muchas bacterias o si el estómago se irrita con un virus u
otro germen, el estómago dice: "Eh, ¡está comida no pasa de aquí!" Entonces
los músculos del estómago se contraen para empujar la comida en la dirección
de la que vino -a través del esófago y la boca.
Por suerte, sin embargo, la mezcla líquida casi siempre va por buen camino.
Cuando ha terminado el trabajo del estómago, los músculos trabajan juntos
para empujar la mezcla poco a poco hacia otra parte del tracto digestivo
llamado intestino delgado.
Recorrido por 6 metros, no son poca cosa
El intestino delgado es un tubo largo de 4 a 5 centímetros de ancho,
encajado debajo del estómago. Si estiraras tu intestino delgado, mediría
unos 6 metros de largo -esto es como 22 cuadernos alineados uno al lado de
otro. El intestino delgado tiene la importante tarea de descomponer la
mezcla de alimentos para que tu cuerpo pueda absorber todos los nutrientes
que necesita de la comida -vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y
grasas. La albóndiga de carne que lleva tu pizza está llena de proteínas,
pero sólo el intestino delgado puede obtenerlas para ti -esa carne no va
directamente a los tejidos del cuerpo para darte energía.
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Pero el intestino delgado no puede descomponer los nutrientes por sí solo
-recibe ayuda de las otras tres partes del aparato digestivo. Estas partes
son el páncreas, el hígado y la vesícula biliar. Éstas no forman parte del
tracto digestivo sino que ayudan a completar el aparato digestivo. ¿Cómo?
Pues enviando distintos jugos a la primera parte del intestino delgado.
Estos jugos ayudan a digerir los alimentos y permiten que el cuerpo absorba
sus nutrientes. El páncreas fabrica los jugos que ayudan al organismo a
digerir las grasas y las proteínas. Un jugo del hígado llamado bilis ayuda a
que el torrente se absorban las grasas hacia el torrente sanguíneo. Y la
vesícula biliar es como un almacén de bilis, guardando a cantidades
adicionales para cuando el cuerpo las necesita.
En la parte superior del intestino delgado, la mezcla líquida de alimentos
se combina con los jugos del páncreas y el hígado. Después de toda esta
mezcla de jugos, la mezcla es ahora muy fina y líquida. Se mueve hacia la
parte inferior del intestino delgado, donde se descompone aún más. Cuando
está casi al final del recorrido por el intestino delgado (¡un viaje que
puede durar 4 horas de principio a fin!), los nutrientes de la comida pueden
pasar finalmente a través de la pared del intestino delgado y llegar a la
sangre. Así que ahora esa pizza y la naranja pueden ser utilizadas por el
cuerpo: los carbohidratos complejos de la corteza de la pizza, la vitamina C
de la naranja, la proteína de la carne y muchos otros nutrientes que te
mantendrán sano. Una vez que los nutrientes han entrado en tu sangre, ésta
los lleva al siguiente punto de control: el hígado.
Quiere a tu hígado
El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo, situado en la
parte derecha de tu cuerpo cerca del tracto digestivo. Además de fabricar
bilis, que ayuda a la digestión, el hígado es el primer lugar al que se
dirigen los nutrientes de los alimentos. La sangre los lleva directamente
allí antes de ir a cualquier otro sitio y es por una buena razón: el hígado
procesa los nutrientes filtrando cualquier sustancia nociva o desecho.
Además, se encarga de convertir parte de estos desechos en más bilis, que va
al intestino delgado para ayudar con la digestión o a la vesícula biliar
para ser almacenada.
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¡El hígado incluso sabe cuántos nutrientes irán al resto del cuerpo y
cuántos se quedarán atrás como reserva! (Por ejemplo, el hígado almacena
ciertas vitaminas y un tipo de azúcar que el cuerpo emplea para obtener
energía.)
Una vez que todo ha sido inspeccionado por el hígado, éste da el visto bueno
y los nutrientes pueden ser transportados por la sangre al resto del cuerpo.
Ese sí que es un intestino grueso
El intestino grueso es más grueso que el intestino delgado, mide de
7,6 a 10 centímetros de ancho y es casi la última parada en el tracto
digestivo. Igual que el intestino pequeño, está plegado en el cuerpo, y si
lo estiráramos mediría aproximadamente 1,5 metros de largo. El intestino
grueso tiene un pequeño conducto con un extremo cerrado que sobresale y que
recibe el nombre de apéndice. Aunque el apéndice forma parte del tracto
digestivo, no hace absolutamente nada. Los científicos creen que el apéndice
podría haber sido una parte útil en el tracto digestivo hace millones de
años.
Después de que casi todos los nutrientes de la mezcla líquida de alimentos
hayan sido absorbidos en el intestino delgado, aún habrá ciertas partes de
la pizza y la naranja que tu cuerpo no podrá utilizar. Los desechos
restantes pasan al intestino grueso para empezar un largo recorrido que
finalizará con su expulsión del cuerpo. De camino, pasará por el colon, la
parte del intestino grueso donde la mayoría del agua (y algunos minerales)
que quedan en la mezcla líquida son absorbidos por la sangre. Cuando el agua
deja la mezcla, los desechos que quedan se endurecen cada vez más mientras
se mueven hasta acabar por hacerse sólidos.
Cuando esta masa sólida llega al final del intestino, podría llevar varios
días en tu cuerpo. La cantidad de tiempo que pasan estos desechos en este
intestino grueso depende del tipo de alimento ingerido y de cómo trabaja el
cuerpo de la persona. El intestino grueso empuja los desechos hasta el
recto, la última parada del tracto digestivo. Los desechos sólidos
permanecen aquí hasta que estás listo para ir al baño. Cuando vas al baño,
estás eliminando los desechos por el ano. Todo lo que tu cuerpo necesita de
la pizza y la naranja ya ha sido extraído por las distintas partes de tu
aparato digestivo y lo que queda es lo que tu cuerpo expulsa.
Comprende a ese aparato digestivo
El aparato digestivo es una gran parte de tu cuerpo: tritura y mezcla
los alimentos, fabrica sustancias químicas para descomponerlos para que tu
organismo pueda utilizar los nutrientes, filtra las sustancias peligrosas, e
incluso deja que el cuerpo elimine los desechos. Debes mantener tu aparato
digestivo en buena forma ingiriendo muchos alimentos sanos y bebiendo agua.
Los alimentos grasos o grasosos tipo la mayoría de los snacks pueden ser
difíciles de digerir, así que intenta ingerirlos con moderación (esto
significa que debes comerlos sólo muy de vez en cuando y no comer mucho de
una sola vez).
Intenta también facilitar las deposiciones comiendo frutas, verduras y pan y
cereales con fibra -éstos ayudan a que los sólidos se acumulen en el
intestino grueso y puedan ser expulsados. Cuida de tu aparato digestivo ¡y
te sentirás bien!
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