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COMPLICACIONES DE LA ENFERMEDAD DE CROHN
A continuación desarrollaremos las complicaciones más habituales
de la enfermedad de Crohn. Hay que tener en cuenta que muchos
pacientes no van a presentar ninguna complicación a lo largo
de la evolución de su enfermedad.
Estenosis
intestinal (estrechez intestinal):
La existencia de estenosis intestinales frecuentemente están
presentes en la enfermedad de Crohn, bien en su fase crónica
por rigidez (fibrosis) de la pared intestinal o bien en en
el brote agudo de la enfermedad por inflamación y congestión
del segmento intestinal. La estenosis puede ser única o múltiple
y su localización preferente es el íleon. El síntoma predominante
que habitualmente aparece es el dolor abdominal tras la ingesta,
normalmente localizado en la zona derecha del abdomen, acompañado
frecuentemente de náuseas.
Fístulas y
abscesos:
A medida que el proceso inflamatorio
transmural se profundiza hasta abarcar todo el grosor de la
pared intestinal, se pueden producir trayectos fistulosos que
pueden seguir diferentes direcciones. Las podemos agrupar en
dos grandes grupos: cuando no encuentran salida al exterior,
o cuando sí encuentran salida al exterior.
Cuando no encuentran
salida al exterior. En estos casos, las fístulas pueden
o bien acabar en una bolsa de pus, con la formación de
un absceso, que conlleva a la aparición de dolor
en la zona donde se localize (más frecuentemente en la
zona anal) y fiebre; o bien desembocar en órganos vecinos,
como otros segmentos de intestino, vejiga urinaria, etc.
y constituir las llamadas fístulas internas.
Estas últimas tienen una alta incidencia en la enfermedad
de Crohn, en torno al 35% de los pacientes, y se suelen
producir en aquellos que tienen la enfermedad localizada
preferentemente en el íleon.
Cuando encuentran salida
al exterior. En estos casos desembocan en la piel,
constituyendo las llamadas fístulas externas. Este
tipo de fístulas son menos frecuentes, habitualmente no
aparecen de forma espontánea, sino que están relacionadas
con intervenciones quirúrgicas previas, siguiendo el trayecto
de la intervención.
Enfermedad
de Crohn perianal (zona anal):
En algunos casos, la manifestación
más importante, e incluso en ocasiones la inicial, puede ser
una enfermedad perianal caracterizada por la presencia de fístulas,
fisuras o abscesos en la zonz anal. La aparición de una fístula
externa o de fisuras anales múltiples en un paciente con síntomas
sugestivos de enfermedad inflamatoria intestinal, puede ser
un dato muy característico de una enfermedad de Crohn.
Hemorragia
masiva:
Es una complicación poco frecuente,
se suele presentar en el 1-2% de los casos con independencia
de su localización. Se manifiesta con la expulsión de abundante
sangre roja-oscura por el ano. En estos casos se puede producir
un síndrome anémico agudo que puede requerir transfusión sanguínea.
Perforación:
Ocurre en el 1% de los casos
de enfermedad de Crohn. La perforación aguda se suele presentar
con dolor abdominal intenso, mal estado general, sudoración,
fiebre, y, en ocasiones, los signos de peritonitis son evidentes
(abdomen en tabla).
Megacolon
tóxico:
Ocurre en el 5% de pacientes con enfermedad de Crohn localizada
en el colon. Aquellos pacientes que tienen la enfermedad localizada
sólo en el intestino delgado, no van a presentar este tipo
de complicación. Consiste en la dilatación aguda de un segmento
del colon o de su totalidad, y que se suele acompañar de dolor
y distensión abdominal, mal estado general y fiebre.
El primer paso del tratamiento de estas complicaciones
habitualmente suele ser médico, a excepción de dos complicaciones,
como son la perforación aguda y el cáncer, que requieren un
tratamiento quirúrgico inicial. Para el tratamiento médico,
en la mayoría de los casos se requiere el ingreso del paciente
en el hospital para un estrecho seguimiento, y en aquellas
ocasiones donde no se produce una buena respuesta al tratamiento
hospitalario prescrito, se puede requerir una intervención
quirúrgica.