Tratamiento de las alteraciones digestivas más
frecuentes
DIARREA
Definición Se define como el aumento en el número,
volumen (>200g/día, excepto en personas que siguen una dieta rica en
fibra) y fluidez de las deposiciones. Es un síntoma que expresa una alteración
en la función intestinal (motilidad, absorción, secreción
y/o digestión).
Fisiopatología Generalmente
hay más de un mecanismo fisiopatológico implicado: Aumento
de la osmolaridad intestinal (diarrea osmótica) Debido a la presencia
de solutos poco absorbibles o no absorbidos en la luz intestinal, se crea un gradiente
osmótico que favorece el paso de agua desde el compartimento vascular.
Por tanto, es una diarrea rica en agua y pobre en sodio. Suele ceder con el ayuno.
Causas
más frecuentes:
a) Déficit de disacaridasas:
- Primario:
lactasa, sacarasa-isomaltasa, trehalasa - Secundario: postgastroenteritis
b)
Síndrome de malabsorción (enfermedad celiaca, giardiasis, sobrecrecimiento
bacteriano, ablipoproteinemia, linfangiectasia… c) Abuso de laxantes (lactulosa,
sorbitol, polietilenglicol) o alimentos que contengan sorbitol, manitol o xilitol. d)
Fármacos: antiácidos ricos en sulfato de magnesio, colchicina, colestiramina. e)
Postcirugía: postgastrectomía, sección o bypass intestinal. f)
Síndromes de mala digestión intestinal (insuficiencia pancreática
exocrina…). Diarrea secretora Está producida por una disminución
de la absorción y/o un aumento de la secreción intestinal. En general
es una diarrea muy voluminosa, de baja osmolaridad
(< 320) y con un
contenido aumentado de electrolitos. No suele ceder con el ayuno. Una excepción
a esta regla es la diarrea inducida por la acción del 10-hidroxiesteárico,
secretagogo producido en la luz intestinal de pacientes que padecen malabsorción
de ácidos grasos.
Principales causas:
a) Exógenas
(actúan estimulando segundos mensajeros intracelulares, como AMPc, GMPc,
calcio o cinasas proteicas, que estimulan la secreción de cloruro sódico):
-
Fármacos (quinidina, postaglandinas, teofilinas…). - Laxantes (aceite
de ricino, antraquinonas, fenolftaleína). - Enterotoxinas (E.coli, V.
cholerae, C. Perfringens, Shigella, virus Norwalk, rotavirus).
b) Endógenos:
-
Malabsorción de ácidos grasos: sobrecrecimiento bacteriano, síndrome
de malabsorción y mala digestión - Adenoma velloso gigante. -
Tumores secretores de hormonas (gastrinoma, feocromocitoma, vipoma, síndrome
carcinoide, carcinoma medular de tiroides…). - Neuropatía autonómica
(DM, amiloidosis). - Clorhidrorrea congénita. Alteración
de la motilidad a) El peristaltismo intestinal aumentado teóricamente
puede contribuir a la aparición de diarrea, al disminuir el tiempo de contacto
del contenido gastrointestinal con la mucosa. Sin embargo, no está claramente
determinado el papel que puede desempeñar el peristaltismo en el flujo
de electrolitos y agua. Ejemplos: hipertiroidismo, carcinoma medular de tiroides,
intestino irritable, resección ileocecal.
b) Reducción del
peristaltismo: permite la colonización intestinal por bacterias, alterándose
la absorción, lo que da lugar a diarrea osmótica o secretora. Ejemplo:
DM, esclerodermia, hipotiroidismo, pseudobstrucción intestinal. Diarrea
inflamatoria o exudativa Una inflamación o ulceración de
la mucosa intestinal puede originar disminución de la absorción
y paso de suero, hematíes, moco, proteínas y electrolitos a la luz
intestinal. Suelen ser deposiciones frecuentes y poco voluminosas, mucosanguinolentas.
Causas más frecuentes: EII, colitis isquémica e infecciones por
gérmenes enteroinvasivos (Salmonella, Yersinia, Shigella, Campylobacter,
M. tuberculosis, Entamoeba histolytica y C. difficile). Etiología
Diarrea
aguda Es un cuadro autolimitado, de duración inferior a 2-3 semanas.
a)
Infecciosa: la gran mayoría de las diarreas son debidas a procesos infecciosos.
- Virus: Norwalk, adenovirus, rotavirus (causa más frecuente de
diarrea en niños) - Bacterias: Enteroinvasivas: Shigella, Salmonella,
E. coli, Yersinia, Campylobacter; Enterotoxigénicas: E. coli, S. Aureus,
Shigella, V. cholerae, C. perfringens. - Hongos: C. albicans, histoplasma. -
Parásitos: Entamoeba histolytica, Giardia, Criptosporidium.
b) Fármacos:
segunda causa más frecuente. Los implicados con más frecuencia son
los laxantes (lactulosa, antiácidos con magnesio), antibióticos,
analgésicos, digital, diuréticos, colchicina, propranolol, alcohol,
teofilinas, quimioterápicos, tiroxina, fármacos colinérgicos,
quinidina, guanetidina, edulcolorantes artificiales (sorbitol, manitol), salazopirina,
colestiramina y ácido quenodexosicólico. c) Alergia alimentaria. d)
Tóxicos (setas, venenos, intoxicación por metales pesados). e)
Colitis actínica. f) Expresión aguda de EII. g) Fecaloma. h)
Estrés psicológico. i) Adenoma velloso. j) Endocrinopatías:
hipertiroidismo, carcinoma medular de tiroides, DM; carcinoide. k) Metabólicas:
acidosis, uremia.
Diarrea crónica Es aquella que dura más
de 2 ó 3 semanas. Pudiendo presentarse de forma continua o intermitente.
a)
Fármacos, abuso de alcohol o cafeína. b) Infecciosas. c) Resección
intestinal. d) Vagotomía troncular. e) Pancreatitis crónica.
Gastritis crónica atrófica. f) Causas endocrinas y metabólicas:
DM, enfermedad de Addison... g) Algunos tumores: Vipoma, adenoma velloso, carcinoma
medular de tiroides... h) Diarrea funcional. i) Diverticulitis. j) Enfermedad
inflamatoria intestinal. k) Síndrome del colon irritable. l) Otras... Diagnóstico
Anamnesis Interrogar
acerca de:
- Antecedentes patológicos del paciente. - Antecedentes
epidemiológicos: tiempo de evolución de la diarrea, viajes, afectación
de otros miembros de la familia, alimentos ingeridos, periodo de incubación. -
Características de las heces y sintomatología acompañante
para valorar el carácter inflamatorio o no de la diarrea. Aspecto importante
de cara a evaluar diagnóstico etiológico y gravedad de la diarrea. -
Antecedentes de promiscuidad sexual. Exploración física Debe
valorarse el estado general y grado de deshidratación.
a) Signos
de deshidratación: sequedad de piel y mucosas (signo del pliegue subcutáneo),
hipotermia, sed intensa, oliguria, hipotonía ocular (hundimiento de ojos). b)
Signos de afectación sistémica: valoración del estado general
y de si este es o no proporcional al grado de deshidratación, si existe
alteración de la conciencia, signos de bacteriemia… c) Exploración
abdominal. d) Inspección anal, tacto rectal. e) Buscar otros signos
extraintestinales que puedan orientar el diagnóstico. Pruebas
diagnósticas El carácter benigno y la corta evolución
de la mayoría de los cuadros diarreicos hace que no sea necesaria el uso
de pruebas diagnósticas complementarias. En los casos en los que la diarrea
no sea autolimitada o se observen signos de gravedad se debería hacer un
estudio inicial que incluya:
- Hemograma, bioquímica (iones, glucosa,
función hepática y renal) - Coagulación si existen signos
de bacteriemia o toxicidad. - Gasometría venosa. - Radiografía
simple de abdomen en decúbito y ortostática.
En los pacientes
con historia clínica que haga sospechar un determinado patógeno
y en diarreas moderadas-graves estarían indicadas pruebas de aproximación
diagnóstica:
- Otras determinaciones analíticas según
sospecha diagnóstica: anticuerpos antiendomisio y antigliadina si hay sospecha
de enfermedad celiaca, hormonas tiroideas, gastrina, calcitonina... - Leucocitos
y sangre oculta en heces: para diferenciar la diarrea inflamatoria de la no inflamatoria -
Coprocultivo: cuando se sospeche origen bacteriano y haya necesidad de conocer
el agente etiológico. Indicaciones:
o Pacientes con sida, inmunodeprimidos
u homosexuales. o Diarrea con signos de gravedad. o Rectorragia. o No
mejoría en el plazo de 5-7 días. o Viaje reciente a país
tropical.
- Investigación de parásitos:
o Diarrea
persistente en guarderías (Criptosporidium, Giardia). o Viaje reciente. o
Diarrea sanguinolenta sin leucocitos (Entamoeba histolytica) o Homosexual o
sida.
- Toxina de C. difficile ante sospecha de colitis membranosa tratamiento
con antibióticos en los dos meses previos. - Otros: endoscopia, anatomía
patológica, pruebas de malabsorción... Ingreso hospitalario
Valorar
en pacientes con signos de toxicidad:
- Fiebre > 38,5º C sostenida. -
Signos de deshidratación. - Diarrea inflamatoria en grupos de riesgo. -
Palpación abdominal dolorosa. - Rectorragia severa. - Imposibilidad
de hidratación vía oral. Pacientes con mayor riesgo de
deshidratación
- Mayores de 70 años. - Niños <
4 años. - Trastornos mentales. - Inmunodeprimidos. - Cirugía
abdominal reciente. - Enfermedad grave renal o cardiorespiratoria. Tratamiento
La
mayoría de los episodios de diarrea son autolimitados, de carácter
banal y curan espontáneamente, por lo que no suelen precisar tratamiento
farmacológico. Independientemente de la etiología de la diarrea,
la base del tratamiento es evitar la deshidratación mediante soluciones
de rehidratación. Rehidratación oral El empleo de
las soluciones de rehidratación oral (SRO) se basa en la entrada de sodio
acoplado a glucosa en el enterocito (sistema de cotransporte paralelo). La fórmula
estándar recomendada por la OMS contiene: sodio 90 mEq/l, cloro 80 mEq/l,
potasio 20 mEq/l, bicarbonato 30 mEq/l y 20 g/l de glucosa diluido. Desde 1992
la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica
(ESPGHAN) recomienda que el contenido de sodio debe ser de 60 mEq/l, basándose
en las pérdidas de sodio de las diarreas más frecuentes en Europa
y no en las mayores pérdidas de sodio producidas en el cólera, en
las que se basa la OMS: Al disminuir la concentración de sodio también
tiene que disminuir la concentración de glucosa con el fin de obtener una
proporción de glucosa/sodio de 1,4 a 2, relación con la que se consigue
un mayor grado de captación de glucosa y electrolitos. Se prefieren
las fórmulas comerciales a las preparaciones caseras, porque aseguran un
mejor cumplimiento.
Preparados caseros ("limonada alcalina"):
un litro de agua, zumo de dos limones, una punta de cuchillo de bicarbonato, media
cucharadita de sal y dos cucharadas de azúcar.
También se
desaconseja el empleo de algunas bebidas isotónicas, utilizadas ordinariamente
por deportistas, porque no se ajusta a la relación ideal de glucosa/sodio.
Hay
que prestar atención a los pacientes hipertensos puesto que estos preparados
contienen sodio en alta cantidad, e informar a los pacientes diabéticos
del contenido de glucosa.
Algunas soluciones contienen polímeros
de almidón de arroz, trigo o maíz, que por su menor carga osmótica
reducen las pérdidas de líquidos por heces.
Se están
investigando nuevas SRO:
- Adición de prebióticos: como lactobacillus
GG, LA1 y LB que ayudan a reponer la flora intestinal. - Adición de
aminoácidos, sobre todo L-glutamina, glicina, fenilalanina, y ácido
glutámico que tienen gran afinidad por el trasportador del enterocito. -
Adición de fibra soluble (pectina, goma arábiga).
La rehidratación
se hace en dos fases:
a) Fase de rehidratación (de las pérdidas
previas): Adultos un sobre de SRO cada 6 horas durante un máximo de 24
horas. En niños 50- 120 ml/kg durante 4-6 horas. b) Fase de mantenimiento
(en función de las pérdidas)
Contraindicaciones y precauciones
de uso de SRO:
- Ileo paralítico. - Deshidratación grave
con inestabilidad hemodinámica. - Cólicos abdominales o vómitos
intensos. - Prematuros y lactantes menores a un mes. - Insuficiencia renal. -
Oliguria o anuria prolongada. - Pérdida mayor a 10 ml/kgr./hora.
Riesgos de la SRO:
- Hipernatremia cuando la hidratación se hace
demasiado rápida. - Sobrehidratación por dosis excesiva, en este
caso puede producir cansancio, debilidad, calambres musculares, irritabilidad,
convulsiones, hipertensión y taquicardia.
En caso de diarrea grave
con intolerancia oral o en casos con repercusión sistémica importante
y factores de riesgo asociados, debe iniciarse hidratación intravenosa. Dieta Una
vez completada la rehidratación el paciente debe reintroducir alimentos
lo más pronto posible, puesto que favorece el tropismo intestinal y mejora
el estado nutricional. Los alimentos se van introduciendo progresivamente, adaptándose
a la evolución del cuadro. En fase aguda se evitarán la leche y
alimentos con lactosa, las verduras, frutas, café, fritos y alimentos muy
condimentados. En las diarreas crónicas se seguirá una dieta astringente
sin residuo durante bastante tiempo. Tratamiento farmacológico Su
indicación depende de la duración, causa e intensidad de la diarrea.
Su objetivo es eliminar la causa o la reducción paliativa de la sintomatología.
Los fármacos más utilizados pueden clasificarse según su
mecanismo de acción en:
- Inhibidores del tránsito intestinal:
opiáceos, somatostatina y análogos, inhibidores de la encefalinasa,
antagonistas del calcio, y agonistas a2 adrenérgicos. - Inhibidores
de la secreción intestinal: opióides, fenotiacinas, somatostatina
y análogos, ácido nicotínico, antagonistas del calcio, berberina,
antiinflamatorios y subsalicilato de bismuto. - Absorbentes y astringentes:
carbón activado, taninos, sales de bismuto... - Promotores de la absorción. -
Antibacterianos específicos. Fármacos protectores y absorbentes
intestinales y fármacos astringentes vegetales Tienen la capacidad
de formar una capa protectora de la mucosa intestinal, evitando la actuación
de irritantes. Algunas de estas sustancias, son absorbentes, es decir, capaces
de fijar en su superficie agua y toxinas, evitando así su acción
nociva sobre la mucosa.
Yeso, pectina, atapulguita (disilicato de aluminio
y magnesio), caolín (disilicilato de aluminio): sólo han demostrado
un aumento en la consistencia de las heces sin disminuir el número ni la
cantidad. El caolín y la atapulguita quizá también tengan
capacidad para unirse a toxinas.
Carbón activado: a dosis altas
(30-50 g vía oral) se usa como absorbente en intoxicaciones, a dosis bajas,
5-10 g en 100 ml de agua, se usa como antidiarreico. No se absorbe ni metaboliza
pero es capaz de disminuir la absorción y aumentar la eliminación
de la mayoría de los fármacos, sobre todo de la digoxina, teofilina,
AAS, carbamacepina, fenobarbital, fenitoína y quinina.
Sales de
bismuto (subsalicilato de bismuto): de eficacia comprobada como antidiarreico,
sobre todo en diarrea del viajero. Tiene acción antinflamatoria (por el
salicilato) y bactericida (bismuto). Fija enterotoxinas bacterianas, bloqueando
su efecto secretor. Además estimula la absorción de agua y sodio.
La dosis empleada son 500 mg hasta 8 veces al día (máximo 4,2 g/día).
Como efectos adversos: tiñe de negro las heces y la lengua, el salicilato
puede actuar como irritante intestinal. Está contraindicado en diátesis
hemorrágica y en hipersensibilidad al ácido acetilsalicílico
o derivados.
Ácido tánico o tanino: Es un astringente vegetal
menos eficaz que el subsalicilato de bismuto. Se usan preparados semisintéticos
insolubles, que por hidrólisis liberan el ácido en el intestino,
impidiendo así la unión del tánico a la mucosa gástrica.
El más usado es el Tanato de albúmina a 1 g/4-6 veces al día.
Contraindicado en pacientes en tratamiento con alcaloides (digital) o con hierro
(porque precipita estos productos)
Laxantes formadores de masa: Actúan
como absorbentes de agua, incrementando la masa fecal y estimulando los reflejos
fecales. Los más usados son: la celulosa, policarbófilo, salvado
de trigo, plantago ovata, mucílago de semilla de Psyllium y metilceluosa.
Se utilizan en síndrome del colon irritable y para controlar la consistencia
de las heces en pacientes ileostomizados.
Puede producir como efectos
secundarios flatulencias, distensión abdominal y obstrucción intestinal.
Resinas
intercambiadoras de iones (colestiramina): son sustancias que fijan ácidos
y sales biliares evitando su acción irritante en el colon. También
se unen a toxinas bacterianas. No hay estudios definitivos sobre su eficacia como
antidiarreico salvo quizá en la diarrea por malabsorción ileal de
ácidos biliares o postvagotomía. Las ileostomías extensas
con el tiempo causan un agotamiento de las sales biliares, que puede producir
esteatorrea. En esta fase la colestiramina agravará la diarrea. La dosis
empleada es de 8-12 g/8-12 horas. Como efectos secundarios provoca estreñimiento,
meteorismo o distensión abdominal. También puede unirse a otros
medicamentos, disminuyendo su absorción, por lo que en estos casos habrá
que distanciar su administración. Inhibidores del tránsito
intestinal El uso rutinario de los depresores del tránsito intestinal
está contraindicado porque impiden la limpieza del intestino de la flora
patógena. Pero en determinados casos puede ser beneficioso. Se desaconseja
totalmente su uso cuando la diarrea se acompaña de pérdida de sangre
o en casos de sospecha de diarrea por agente invasor, porque puede aumentar el
riesgo de bacteriemia. También se debe evitar en niños pequeños. Opioides Su
acción antidiarreica se debe a la activación de receptores µ
y d situados en las terminaciones nerviosas de los plexos mientéricos,
a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, produciendo una inhibición
de la liberación de neurotransmisores implicados en la regulación
de la motilidad intestinal. Su acción también se debe, en mayor
o menor medida, según su capacidad de atravesar la BHE, a su acción
sobre el SNC. El resultado es un retraso en el vaciamiento gástrico y en
el tránsito intestinal, por disminución del peristaltismo propulsivo.
Este retraso aumenta el tiempo de contacto del contenido intestinal con la mucosa,
permitiendo mayor absorción de agua y electrolitos, conduciendo a un aumento
de la consistencia de las heces. Además tiene discreto efecto reductor
de la secreción intestinal, sobre todo la provocada por la toxina del cólera,
e impiden la liberación de protaglandinas.
Contraindicados en niños
menores de 2 años, colitis pseudomembranosa, obstrucción intestinal
y en exacerbaciones de la enfermedad inflamatoria intestinal.
Las dosis
antidiarreicas son inferiores a las necesarias para producir analgesia, siendo
su efecto mayor por vía oral.
Se prefiere el uso de loperamida,
difenoxilato y difenoximina por su menor capacidad de atravesar la BHE.
Loperamida Derivado
de la petidina o piperidina. Prácticamente no cruza la barrera hematoencefálica,
por lo que actúa de modo bastante electivo sobre el tracto gastrointestinal,
sin producir apenas efectos sobre el sistema nervioso central. En niños
pequeños puede producir efectos adversos neurológicos, por lo que
debe evitarse. Es un opiáceo agonista de los receptores µ de los
plexos mientéricos, produciendo una inhibición de liberación
de prostaglandinas y acetilcolina. El resultado es una disminución del
peristaltismo propulsivo junto a un efecto antisecretor y un aumento del tono
del esfínter anal, mejorando la incontinencia fecal. Tiene una semivida
de 7-15 horas. La dosis empleada en adultos en una diarrea aguda es una dosis
inicial de 4 mg seguida de 2 mg/deposición hasta un máximo de 16
mg/día. En diarrea crónica 2 mg/8 horas, pudiendo aumentar dosis
según respuesta. En niños la dosis inicial depende de la edad: entre
las 2-6 años 1 mg/8 horas; 6-8 años 2 mg/12 horas; 8-12 año
2 mg/8 horas, posteriormente 0,1 mg/kg/dosis después de cada deposición.
Y en diarreas crónicas 0,04-0,24 mg/kg/días repartido en 2-3 dosis.
Si no es efectiva en 48 horas suspender.
Los efectos secundarios
suelen aparecer por el uso crónico: estreñimiento, dolor abdominal,
distensión abdominal y raramente íleo paralítico. También
existe la posibilidad de megacolon tóxico en colitis pseudomembranosa y
ulcerosa. Los efectos adversos sobre el SNC en adultos son mínimos: somnolencia,
astenia o mareo. En niños pequeños desorientación, esterotipias,
distonías. Hay que vigilar la aparición de síntomas neurológicos
en pacientes con insuficiencia hepática.
El N-óxido de loperamida
es un fármaco experimental, produce una liberación controlada de
loperamida en el intestino.
Difenoxilato de atropina y difenoxina (ácido
difenoxílico) También es un derivado de la piperidina. Es
menos eficaz que la loperamida. La difenoxina es un metabolito activo del difenoxilato.
A dosis bajas es un antidiarreico eficaz careciendo de actividad sobre el SNC,
mientras que a dosis altas (40-60 mg) produce efectos neurológicos. La
dosis empleada en adultos es de 5 mg/8 horas y en niños de 2,5 mg/6-8 horas.
A dosis altas además de efectos sobre SNC, produce estreñimiento,
efectos colinérgicos (taquicardia, retención urinaria, hipertermia)
y megacolon tóxico en enfermedad inflamatoria intestinal.
La equivalencia
con otros opioides es de 5 mg de difenoxilato= 2 mg de loperamida= 40 de fosfato
de codeína.
Codeina Esta y las tinturas apenas se usan
por sus efectos adversos sobre el SNC. Se utiliza más como antitusígeno
y analgésico.
Contraindicada en EPOC y asma por su efecto depresor
sobre el centro respiratorio y en diverticulosis y colon irritable por su tendencia
a aumentar la presión intraluminal y las contracciones musculares. Si atraviesa
BHE: somnolencia, mareos; miosis, estreñimiento, íleo paralítico,
retención urinaria, visión borrosa, broncoespasmo. Tintura de
opio
Efecto antidiarreico por su baja dosis de morfina, insuficiente para
analgesia. Fármacos anticolinérgicos Inhiben los
receptores colinérgicos muscarínicos disminuyendo el peristaltismo.
No son eficaces en diarreas en que la hipermotilidad esté causada por agentes
que no utilicen estos receptores, como es el caso de las diarreas por toxinas
y mediadores celulares. Suelen usarse asociados a ansiolíticos, espasmolíticos
miotropos y analgésicos menores. Tienen más eficacia en el tratamiento
de los dolores cólicos que acompañan a la diarrea que sobre el número
y fluidez de las deposiciones. Como efectos secundarios más frecuentes,
sequedad de boca, taquicardia, visión borrosa. Octreótidos Es
un análogo de la somastostatina, pero 70 veces más potente que esta,
con un efecto más duradero, puede administrarse vía parenteral y
además no produce hipersecreción de rebote. Inhibe la liberación
de GH y TSH en la hipófisis y de péptidos gastroenteropancreáticos.
Se usa principalmente en el tratamiento de los tumores secretores (vipoma, carcinoma,
gastrinoma, insulinomas y glucagonomas), en el síndrome de dumping, ileostomía,
neuropatía diabética, síndrome del intestino corto, diarrea
secretora del sida y colitis asociada a radioterapia o quimioterapia. La dosis
empleada es de 50 mg/12 horas (en ayunas) e ir aumentando progresivamente hasta
los 100-450 mg/ día repartidos en 2 ó 3 tomas. Los efectos secundarios
dependen de la dosis: esteatorrea, nauseas, dolor abdominal, hiperglucemia, flatulencias.
Su uso prolongado está asociado a mayor prevalencia de litiasis biliar.
La lanreotida es un análogo de a somatostatina, con vida media
más larga, permite su administración cada 10-15 días. Otros Berberina
(alcaloides de Berberis arista):
Disminuye la motilidad intestinal, es
antisecretor y tiene acción antimicrobiana. Es efectivo en el tratamiento
de la diarrea secretora por E. coli o cólera. La dosis empleada es de 400
mg. Mínima incidencia de efectos secundarios. Clorpromazina y
otras fenotiazinas. Es un inhibidor de la calmodulina (proteína
intracelular que interviene en la contracción muscular) a altas dosis disminuye
la secreción de líquidos producidos por la acción de enterotoxinas.
Por la necesidad de utilizar altas dosis, tienen mayores efectos secundarios,
somnolencia, sedación, síntomas anticolinérgicos y síntomas
extrapiramidales. Está contraindicado en el feocromocitoma, agranulocitosis
y coma. Lidamicina Derivado opioide con acción especifica
sobre el músculo liso intestinal. Estimula los receptores a2 adrenérgicos
creando un efecto calcioantagonista, con ello produce un efecto espasmolítico
intestinal y estimula la absorción de sodio y cloro y da lugar a una disminución
de la secreción de las células epiteliales intestinales. También
alivia los síntomas asociados como la pirosis y la regurgitación
e inhibe la acción inducida por las toxinas de E. coli y V. cholerae-.
También es útil en el tratamiento de la diarrea producida por la
retirada de opioides. La dosis indicada es de 30 mg/día. Sus efectos adversos
más frecuentes son: nauseas, cefalea, sequedad de boca y mareos. Está
contraindicada en: lactancia, embarazo y obstrucción intestinal. Indometacina Inhibe
la síntesis de prostaglandinas. Útil en diarreas secundarias a carcinoma
de tiroides, adenoma velloso y en la enteritis postradiación. Pero puede
exacerbar la enfermedad inflamatoria intestinal. Modificadores del trasporte
electrolítico Sulfasalazina, ácido 5-aminosalicílico
y derivados.
La sulfasalazina es una molécula compuesta por el
ácido 5- aminosalicílico y la sulpiridina. El principio activo es
el 5 aminosalicílico. Su principal indicación es la colitis ulcerosa.
También ha mostrado una eficacia variable en la esclerodermia, dermatitis
herpetiforme y artritis reumatoide. Glucocorticoides A dosis altas
inhiben la secreción intestinal. Su uso queda limitado a la fase aguda
de la colitis ulcerosa. Agonistas a2- adrenérgicos Aumentan
la absorción e inhiben la secreción de líquidos y electrolitos
y además disminuyen el peristaltismo. Principal indicación en la
diarrea grave secundaria a una neuropatía diabética. El más
usado es la Clonidina, también útil en diarrea secundaria a síndrome
de la abstinencia a opiáceos. Por vía oral se comienza con 0,1 mg/12
horas, también hay una presentación en parches, 2 parches por semana,
con lo que se consiguen concentraciones en sangre más estables. Como efectos
secundarios, fatiga, depresión e hipotensión. Racecadotril Es
una nueva especialidad farmacéutica. Es un primer inhibidor de la encefalinasa
intestinal, por lo que aumentan la concentración intestinal de encefalina
(opioide endógeno) lo que prolonga la acción antisecretora de estas,
disminuyendo la secreción intestinal de electrolitos y agua hacia la luz
intestinal. Por tanto disminuye el número y volumen de las deposiciones
y el riesgo de deshidratación. No actúa sobre el peristaltismo.
Se absorbe rápidamente por vía oral. No atraviesa BHE. Dosis aconsejada
en lactantes y niños en de 1,5 mg/ kg en la primera dosis, después
cada 8 horas, no más de 7 días. No se ha estudiado en lactantes
menores de 3 meses. En adultos 100mg cada 8 horas. Hay ensayos aleatorios a doble
ciego que demuestran que el racecadotrilo tiene eficacia similar a la Loperamida.
Sus efectos secundarios son leves: nauseas, vómitos, estreñimiento
y manifestaciones cutáneas. Está contraindicado en diarrea enteroinvasiva,
diarreas secundarias a tratamiento con antibióticos de amplio espectro,
en el embarazo y lactancia. No se aconseja su uso en insuficiencia renal ni hepática. Antimicrobianos Habitualmente
no es necesario el tratamiento con antibióticos, ya que muchas veces, lo
único que se logra es aumentar la duración de la diarrea, generar
resistencias a dichos fármacos y que persista el patógeno más
tiempo en las heces, como es el caso de la salmonelosis. La indicación
de iniciar tratamiento antibiótico depende del patógeno responsable
y de la situación del paciente. Estaría indicada si hay sospecha
de un patógeno que exija tratamiento específico en uno de las siguientes
situaciones:
- Sospecha de colitis pseudomembranosa, shigelosis, cólera,
parasitosis, infecciones de transmisión sexual y en algunas diarreas del
viajero. - Síntomas de gravedad. - Paciente de alto riesgo, con patología
de base, inmunosupresión. - Diarrea que se prolonga en edades extremas -
Portador de prótesis valvular, vascular u ortopédica. - Anemia
hemolítica.
Lo aconsejable sería administrar antibióticos
según coprocultivo y antibiograma, pero no siempre se consigue aislar el
agente causal y otras por la gravedad del cuadro clínico no se puede esperar
el resultado. En estos casos, el tratamiento empírico podría ser:
ciprofloxacino 500 mg/ 12 horas durante 3-5 días o trimetoprim-sulfametoxazol
160-800 mg/12 horas durante 3-5 días.
Si se sospecha colitis pseudomembranosa
suele bastar con la suspensión del antibiótico previo, pero en situaciones
graves la elección sería vancomicina oral 125 mg/6 horas durante
7-14 días o Metronidazol 250 mg/ 6 horas vía oral.
Podría
estar indicado el tratamiento con antibiótico desde el primer momento en
las diarreas agudas por Shigelas, V. cholerae y G. lamblia (Tabla 4). Diarrea
del viajero
Gastroenteritis infecciosa que afecta a los turistas occidentales
cuando viajan por áreas subdesarrolladas o en vías de desarrollo.
Su prevalencia se cifra entre 20 y el 80 por ciento según estudios. En
la mayoría de los casos el agente etiológico es el E.coli enterotoxigénico.
Otros gérmenes responsables, aunque en menor proporción, son el
V. cholerae, Salmonella, Campilobacter, Shigella, Giardia, Entamoeba, Aeromonas.
La mayoría de los episodios son autolimitados, por lo que no suele ser
necesario tratamiento específico. Lo más importante es la profilaxis,
adoptar unas medidas higiénico-dietéticas estrictas. Los antibióticos
se reservan para cuadros graves o pacientes con enfermedad de base (inmunosupresión,
enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal). En estos casos iniciar tratamiento
empírico ante los primeros síntomas. El tratamiento sería:
quinolonas (ciprofloxacino o norfloxacino) 3 días. Como alternativa el
TMP-SMZ.
Diarrea en inmunodeprimidos Las infecciones por patógenos
entéricos son mas frecuentes en pacientes inmunodeprimidos que en la población
en general.
Sobre todo en pacientes con sida. Ante un cuadro diarreico
en este tipo de pacientes está indicado realizar coprocultivo y detección
de parásitos en heces con la intención de buscar el agente patógeno
y descartar infección por Giardias, Chamydia, Criptosporidium, Mycobacterium
avium intracelular, Microsporidium o Isospora belli. Si los resultados son negativos
y persiste la diarrea, está indicado realizar una endoscopia para descartar:
sarcoma de Kaposi, colitis por CMV o colitis isquémica
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